Hoy viajamos a Estados Unidos, un Estados Unidos racista bien alejado del conocido ‘sueño americano’. Un país todavía no recuperado de la guerra civil entre sus estados del Norte y Sur, en el que, a pesar de haber abolido la esclavitud y en el que todos los afroamericanos gozaban de nacionalidad norteamericana, aún convivían bajo el lema ‘separados pero iguales’.

Separados pero iguales

Nuestra protagonista es Rosa Parks, una afroamericana que tuvo que vivir bajo dicho lema, y que afectaba a su vida diaria.

Para poneros en contexto, los edificios disponían de una entrada para personas de raza blanca y otras para raza negra, baños, colegios, bibliotecas divididas, incluso las fuentes para beber tenían etiqueta de raza.

Nuestra heroína de hoy, convivía cada día con estas desigualdades. El 1 de diciembre de 1955, Rosa Parks volvía a casa de trabajar en autobús, se sentó en la zona reservada para personas blancas y el conductor le pidió a ella y a otros afroamericanos que cedieran su sitio a los nuevos pasajeros blancos que acababan de subir.

Rosa fue la única en negarse a hacerlo, a pesar de las amenazas del conductor. Como consecuencia a su desobediencia, Parks fue arrestada y condenada por transgredir el ordenamiento municipal.

La única cansada era yo, cansada de ceder.

Rosa Parks.

Pronto se hizo eco del incidente del autobús y un grupo de activistas, entre ellos Martin Luther King, hicieron un llamamiento a los afroamericanos a no utilizar el autobús. Como alternativa, se organizaron y compartieron coches, bicicletas e incluso fueron a pie a modo de protesta.

El boicot duró 381 días y finalizó con éxito: el Tribunal Supremo dictó que la segregación era inconstitucional.

Una persona que quería ser libre

Sin embargo, aunque Rosa Parks se convirtió en una figura por la lucha de los derechos civiles, el incidente del autobús trajo consigo muchas adversidades: ella y su marido perdieron su trabajo. Pero ella, aprovechó la oportunidad y se dedicó a dar charlas y a animar a los demás a la lucha por sus derechos, y años más tarde, recibió varios galardones por su aportación en la lucha de los derechos civiles.

Rosa Parks, era una mujer corriente, una persona que estaba cansada de que le arrebataran sus derechos por el color de su piel, por eso, aquel 1 de diciembre, sin planearlo, no cedió su asiento como había hecho otras veces.

Se negó, y su acción cambió la situación de todas las personas de color en Estados Unidos.

La libertad siempre ha sido importante para mi.

Rosa Parks.

Como dijo Rosa Parks, ‘solo quiero que me recuerden como a una persona que quería ser libre’ y así la recordamos, como la mujer que, con una pequeña acción, cambió la vida de muchas personas. Una mujer que dedicó su vida a la lucha por los derechos de todos.

Brindamos homenaje a Rosa Park con nuestra Candy Crunch, la Candy más fuerte y mordaz, características que poseía la mujer que cambió la historia de los afroamericanos.