Las uvas son de mucha nutrición, pues el azúcar que contiene es altamente asimilado por el organismo como también el porcentaje de sal mineral que posee.

Son ideales para aquellas personas que quieren hacer dieta sin aumentar tanta caloría en su rutina.

La uva es ampliamente conocida por sus propiedades de antienvejecimiento y por eso es conocida como la fruta de la eterna juventud.

En general, la uva opera como gran desintoxicante de nuestro cuerpo por lo que conviene su consumo permanente para eliminar toxinas.

Ellas ayudan a eliminar el exceso de colesterol en la sangre, ayudan a elevar los niveles de azúcar (buena) en la sangre por lo que son las grandes aliadas de las personas con anemia, previenen las hemorroides, evitan las enfermedades hepáticas, ayudan a regular la tensión y son muy aconsejadas para inyectarle energía a nuestro cuerpo evitando el cansancio físico.

La uva además de sus propias antioxidantes por las que ahora se ofrecen pastas con concentrados de esta fruta y así evitar la molestia de tomar muchas copas de licor, contiene también potasio, vitaminas del complejo B y magnesio.

Por eso su uso continúo permite lucir una piel libre de arrugas, de buen tono y tonificada.

Aceite de uvas

Además de consumirlas y tomar su jugo, el aceite de su semilla es otra forma de absorber todo su potencial. Se dice que el aceite de la semilla de la uva es uno de los ingredientes y secretos de muchos cosméticos finos del mundo.

Este aceite se absorbe muy fácilmente en la piel, dejándola muy suave y sin sensación de grasa, por eso forma parte de muchas cremas y lociones. Este aceite esta enriquecido con betacaroteneo y las vitaminas D, C, E que ofrecen ultra nutación a nuestra piel.

Fuente: conesenciademujer.com