La tradición de las doce uvas de la Suerte

Uvas de Nochevieja en 1912
Festejando la Nochevieja en 1910. Foto ABC

La tradición más extendida en España en las fiestas navideñas es la de tomarse las 12 uvas en Nochevieja, el 31 de diciembre, a las 00:00 horas al son de las 12 campanadas que dan la bienvenida al nuevo año.

Para hablar del origen de esta tradición debemos mencionar varias teorías, aunque la más extendida y conocida posiblemente sea el excedente de uvas.

1909 fue un año en el que hubo muy buena cosecha de uva y los agricultores de la comarca alicantina del Valle del Vinalopó aprovecharon la coyuntura para sacarlas al mercado bajo el nombre de las «uvas de la suerte”.

Aunque hay cierta duda por parte de los agricultores, lo que sí se sabe es que los mayores de esta localidad recuerdan que alguien les contó que algún lugareño guardó, como singular y exquisito postre para la cena de Nochevieja, granos de uva suficientes como para que cada comensal los tomara cuando el reloj diera la medianoche.

Otra de las teorías versa que el origen también puede remontarse a finales del siglo XIX para ridiculizar a la aristocracia y hacer caso omiso a un bando del Ayuntamiento de Madrid.

Al menos así lo sostiene el Consejo Regulador de la Denominación de Origen ‘Uva Embolsada del Vinalopó‘, entidad alicantina que junto a empresas como Uvasdoce, cada año abastecen la Nochevieja con 120.000 toneladas de esta fruta.

Su presidente, José Bernabéu, ha explicado que en las últimas décadas del siglo XIX las familias españolas de la aristocracia, influenciadas por sus homólogas francesas, tenían la costumbre de organizar encuentros privados con motivo del fin de año.

En estos eventos glamurosos se servía champán y uvas, pero esas últimas solo tenían como fin «acompañar» a tal vino espumoso. Según la tradición, en la mesa se colocan 12 uvas delante de cada comensal que simbolizan los 12 meses del año y que deben comerse con cada una de las campanadas del reloj.

Algunos sostienen que esta tradición se empezó a celebrar para hacer caso omiso a un bando municipal que sancionaba las actividades ruidosas de los madrileños en Navidad.

El bando municipal promulgado por el entonces alcalde, José Abascal y Carredano, allá por diciembre de 1882, criticaba y sancionaba algunas actividades ruidosas y de algarabía de los madrileños registradas durante las fechas navideñas. Según el escrito municipal »los madrileños decidieron salir a la calle y, cogiendo como extremo contrario a su situación los ágapes sí permitidos de la aristocracia, optaron por comer uvas en la actual Puerta del Sol» coincidiendo con el 31 de diciembre.

A lo largo de los años la tradición se ha ido puliendo. Hoy día mucha gente dice que las uvas simbolizan la abundancia  y cada vez que se come una hay que pedir un deseo. En total, 12 deseos. Y se dice además que quienes no hayan tomado las 12 uvas, tendrán un año de mala suerte. Así que ya sabéis, no dejar ni una uva sin comer esta Nochevieja.

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